El puesto de trabajo puede desencadenar deterioros de la salud mental y física. Se estima que cuatro de cada diez trabajadores reconoce que el trabajo afecta directamente a su salud.
Estos datos van en línea con los últimos publicados por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que aducen a que el 47% de españoles creían que el estrés laboral aumentaría en los próximos cinco años.
España se sitúa en la media del resto de países europeos, pero los nórdicos destacan con porcentajes sumamente inferiores ante las perspectivas de incremento del estrés en sus organizaciones.
Y es que en los últimos años están apareciendo en el mercado nuevos riesgos psicosociales, relacionados con el modo en que se diseña, organiza y gestiona el trabajo, pero también con la situación y el contexto económico donde se desarrolla dicho trabajo.